Atlantes de Tula, los defensores de la ciudad

La zona arqueológica de Tula se encuentra resguardada por el Dios Quetzalcóatl y por los gigantescos Atlantes que alguna vez fueron los más grandes defensores de esta urbe Tolteca.

Se localiza cerca del centro histórico de Tula de Allende, Hidalgo.

Su nombre se deriva de la raíz nahual Tollán Xicocotitlan que significa “junto al tular o los juncos”. Fue centro rector del pueblo tolteca por al menos 499 años, quienes fueron una de las civilizaciones más grandes de México, parece que la ciudad y su centro ceremonial fueron saqueados parcialmente en el año 1170, luego, en el siglo XII los chichimecas invadieron el valle central y la civilización tolteca se vio seriamente afectada y finalmente con la llegada de los aztecas, la ciudad de Tula fue destruida. Tula fue un gran centro espiritual y cultural resguardado por los colosales atlantes, testimonio fiel de los adelantos y conocimientos en el arte, la pintura y la escultura. Esta ciudad, según se cuenta, fue fundada por Acatl Topilitzin Quetzalcóatl, emperador hijo de Mixcóatl y cuya figura se ve mezclado con la leyenda del dios del mismo nombre. Es la cuidad donde se da el mítico encuentro entre Quetzalcóatl y Tezcatlipoca, la luz y la oscuridad, el dios bueno y el dios malo.

Los vestigios arqueológicos que actualmente se pueden visitar se encuentran en extremos opuestos de una colina que incluyen el Palacio Quemado, el más importante edificio gubernamental, localizado en el noreste de la plaza, con docenas de columnas en ruinas, fuera de la entrada principal se puede apreciar la ultima estatua completa de un sacerdote reclinado, conocido como Chac-Mool, similar a de Teotihuacan y Chichén Itzá; este templo es importante porque la estructura era el axis mundi  del recinto sagrado y por lo tanto el eje central de la construcción de la ciudad. El Templo de Tlahuizcalpantecuhtli, o Templo de la Estrella de la Mañana, es una estructura piramidal de varios niveles dedicada al mitológico gobernante tolteca Ce Acatl Topiltzin Quetzalcóatl; también se pueden ver dos canchas de pelota y tres templos con forma de pirámides truncadas.

El templo mas grande es la pirámide de los Atlantes, la cual esta coronada por columnas de 4.6 metros en forma de figuras humanas estilizadas llamadas Atlantes. Inicialmente sujetaban el techo del templo ubicado en la cima de la pirámide, de ahí su nombre. Las estructuras semihumanas se caracterizan por su gran tamaño (una muestra de la destreza que tenían los toltecas para labrar piedras). Esta pirámide, y algunos otros edificios localizados en el lugar, están relacionados con la clase media de Tula, que es una remembranza de los toltecas hacia la cultura Teotihuacana.

Esta pirámide estaba muy decorada, en los lados las cinco terrazas estaban cubiertas de frisos esculpidos y pintados de felinos, aves rapaces que devoraban corazones y rostros humanos que se extendían desde las fauces de las serpientes. En el lado sur hay una escalera que conduce a un templo de dos habitaciones muy ornamentado.

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